EL COLOR DE LA PENA
EL COLOR DE LA PENA
Pintada está mi pena por un tinte sureño,
de los negros suspiros llevo el alma manchada
y herido tengo mi pecho por mortal espada
abriendo en dos el corazón con fatal empeño.
Derramado por los suelos el resto de un sueño
que se vertió de mis manos donde ya no hay nada,
tan solo me queda en los ojos agua salada
y un dolor tan oscuro como quemado leño.
Ya llena está mi boca de sabores amargos
con el zumo ácido de las naranjas nuevas
por que mis labios no prueban tus besos de almíbar.
La pena está teñida, los suspiros van largos
y el alma se hunde de peso en tan honda cueva
de humedades saladas, de lágrimas de acíbar.
Toni Mesías